En el mundo empresarial, tal y como ocurre en la vida misma, existen diferentes estilos de liderazgo que tienen una repercusión directa en los resultados de la empresa, así como en el comportamiento de los trabajadores. A continuación vemos cuáles son las principales formas de liderar un negocio según Goleman. ¿Quieres formarte para ser un buen líder? Cursa el Máster en Psicología Empresarial y Comunicación y adquiere las competencias y habilidades para una gestión de equipos exitosa.
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6 estilos de liderazgo según Goleman
Sobre los diferentes tipos de liderazgo se establecen varias divisiones. Una de las clasificaciones más aceptada a nivel mundial procede del psicólogo norteamericano Daniel Goleman, pionero en el estudio de la inteligencia emocional.
Todas las formas de liderazgo tienen sus pros y contras. Para obtener los beneficios de cada fórmula, es conveniente liderar en función de las necesidades de los equipos y de las empresas en cada etapa de desarrollo.
En cualquier caso, más allá de buscar la rentabilidad empresarial, siempre es más interesante apostar por un liderazgo que fomenta el buen ambiente laboral y el crecimiento personal y profesional de todos los participantes.
En el ámbito empresarial existen seis estilos de liderazgo según Goleman, tal y como expone en su libro Leadership that gets results. Cabe apuntar que los distintos tipos de liderazgo pueden complementarse entre sí para explotar los elementos más útiles de cada uno en cada situación. Te explicamos cuáles son y en qué consisten:
1. Liderazgo coercitivo
El liderazgo coercitivo, también conocido como directivo o autocrático, es aquel que se ejerce de la manera más autoritaria. En este caso, el jefe ostenta un poder prácticamente absoluto. Este da órdenes que se deben cumplir y no existe una comunicación entre iguales, ni se valora el tono del mensaje, sino simplemente el contenido.
Se trata de una manera de actuar poco aceptada socialmente y que contribuye a incrementar la desmotivación de los trabajadores. Por ello, difícil de mantener en el tiempo y solo se debería utilizar en situaciones de emergencia y ante excesivos problemas de organización en el equipo.
2. Liderazgo orientativo
El líder orientativo se marca un objetivo, pero hace partícipe de la meta a todos los empleados. Es una forma de liderar que motiva y fomenta la participación, ya que se reciben de buen grado todas las ideas.
Quien apuesta por este estilo de liderazgo no da órdenes, sino que trata de que el proceso fluya con poca intervención propiciando un buen ambiente de trabajo. La principal desventaja es que el trabajador puede percibir que aporta más propuestas que algunos de sus superiores.
3. Liderazgo afiliativo
Otro de los estilos de liderazgo es el afiliativo que se enfoca en las personas y busca promover una relación armónica entre los grupos de trabajo. Tanto es así que sitúa este objetivo incluso por encima del rendimiento empresarial.
Este enfoque de liderazgo afiliativo es apto para empresas de nueva creación o en momentos de mucha tensión. Sin embargo, puede resultar contraproducente al obviar demasiado el rendimiento.
4. Estilo democrático
En uno de los estilos de liderazgo más participativo. Aunque está definida la figura del líder, este hace partícipes a sus subordinados en la toma de decisiones. Se gana así mucha perspectiva, dado que hay varios puntos de vista a tener en cuenta.
Por contra, la principal desventaja del estilo de liderazgo democrático es la formación de los trabajadores. Si estos no están suficientemente capacitados, no aportarán datos de valor, dificultando la adopción de soluciones adecuadas.
5. Estilo ejemplar
El estilo de liderazgo ejemplar se caracteriza por un jefe estricto y rígido, muy centrado en las normas, pero no en el trato personal. El resultado es una pauta de trabajo rígida y definida, con poca o nula flexibilidad.
Se trata de un tipo de mando aplicado por líderes o gestores de proyectos con grandes conocimientos a cargo de plantillas casi noveles. No obstante, a pesar de aportar resultados, no fomenta el trabajo en equipo. Además, si se produce una ausencia del líder resulta complicado suplirle y responder en su lugar.
6. Estilo formativo
El liderazgo formativo busca la consecución de resultados mediante el desarrollo continuo del personal. Aunque en ocasiones conduzca al fracaso, este se soporta confiando en un futuro más halagüeño y fructífero, con los empleados más formados y capacitados.